En la clase de hoy hemos dedicado aproximadamente 15 minutos a ver 40 spots publicitarios que fueron grabados el año pasado. Todos ellos comparten dos elementos en común: el primero es que su duración no excede a 1 minuto; tiempo en el que los publicistas deben ingeniárselas para contar una historia. De hecho, todos fluctúan entre 10 y 50 segundos; dependiendo probablemente del presupuesto con el que contaba la empresa para invertir en el comercial. El segundo aspecto es que en la mayoría se emplea la risa para llegar a la gente.
Además, la mayoría de los spots están dirigidos al público de los sectores A y B; tienen una música característica de acuerdo al tema, utilizan colores llamativos y actores jóvenes que poseen los rasgos físicos necesarios para permitir que el mensaje llegue al público objetivo (por ejemplo, piel trigueña para los sectores C y D, jergas de los adolescentes, etc).
De todos los spots que vimos, uno de los que más me gustó fue el de Brahma. Me parece que logró transmitir muy bien el mensaje y supo jugar con la idea de “Vivir con B de Brahma”, enumerando una serie de palabras que tienen una connotación positiva y que empiezan con B grande. Dejando de lado su carácter claramente sexista (la mujer sigue siendo utilizada como objeto para vender cerveza), creo que el comercial está bien realizado, capta la atención del público objetivo (los jóvenes) y logra quedarse en el imaginario de la gente.
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